No hay mucho que decir. Cuando el vacío que sientes deja a la vista tu verdadera miseria, cuando una parte de tu alma se marcha, y lo único que puedes hacer es rezar cada noche para que vuelva, entonces entiendes que sin amor no hay felicidad.
Donde antes había mariposas ahora la niebla oculta su presencia, y busco entre los restos de las cenizas aquél calor que me hacía sentir como en casa. Todo es gris. Escucho los gritos de miedo a lo lejos, los llantos entrecortados, y me pregunto de dónde viene ese sonido. Luego me doy cuenta de que es mi propio corazón pidiendo ayuda desesperadamente. Y duele...
Vuelve pronto, por favor. Te echo de menos.
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