¿Sientes la llamada? ¿La atracción irresistible? Sólo de pensarlo se me acelera el pulso. Busca en el mundo, te reto, que no encontrarás magia más poderosa que la del amor. El hechizo de otro universo que nos atrapa con un abrazo cálido como las brasas de una hoguera en la noche de San Juan.
Pero, ¡ah, qué injusto es el mundo!. A veces el destino nos pone a prueba, como diciendo "Si tanto lo deseas, ve a por ello, haz sacrificios, no voy a ponértelo fácil". Mentiría si dijese que no me gusta tu juego, cupido. El peligro tiene algo excitante y atractivo.
No creo que importe el cómo ni el por qué, ni el dónde ni el para qué. Sólo veo importancia en cuándo, y sé que la respuesta es AHORA. Pero, Dios, la impaciencia me mata. Intento recuperar la cordura, pero ¿quién soy yo, simple mortal, para interferir en los planes del universo? Me siento cual marioneta colgando de los hilos de un destino caprichoso, a merced de cualquier contratiempo. Diría que lo odio, pero me encanta. Diría que es arriesgado, pero estoy más seguro que nunca de que, pase lo que pase, al final todo va a salir bien.
De una manera, o de otra.
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