domingo, 11 de marzo de 2012

Esperanza

Cuando no quedan opciones o cuando el fin es inevitable, se puede hablar de derrota. Cuando no está en tus manos el destino de alguien o de algo, entonces se puede hablar de impotencia. Cuando ves cómo todo lo que te rodea se desmorona y cae, junto con tus ánimos, entonces se puede hablar de estar perdido.


La fortaleza de una persona se mide de muchas maneras, pero la más notable es cuando a uno le viene la avalancha. Bien por un golpe del destino, o por una sucesión de eventos, la fortaleza de una persona se pondrá a prueba cuando ésta afronte su situación. Si esa persona se deja llevar por la oleada de sentimientos ácidos que le invaden y le abruman, se ciega completamente y para esa persona se acaba la esperanza. Si una persona pierde algo y no lucha por recuperarlo, lo da por perdido para siempre, entonces pierde la esperanza.


La esperanza es aquello que nos impulsa a vivir, es nuestro motor, es lo que nos hace decir "Sí, voy a hacerlo". Nadie hace algo sin pensar que puede lograrlo. Nadie en su sano juicio intentaría escalar una montaña sabiendo de antemano que no puede hacerlo. Por eso, la esperanza es la bandera de nuestra fortaleza. Simboliza nuestra condición inconformista, significa "pase lo que pase lo voy a afrontar porque sé que podré con ello". Significa la voluntad de luchar, la sensación de poder, la confianza en uno mismo y en aquellos con los que comparte su objetivo.


Aquél que pierde la esperanza pierde la voluntad de vivir. Y no existe una clave mágica para tener esperanza, pero sí existe una frase que deberá recordar el que lea esto en aquellos momentos de abandono, cuando sienta que todo está perdido y cuando crea que ya no hay posibilidad de lograr tu objetivo:


"Si me juzgan, no dirán que no lo intenté hasta el final"


En mi caso estas palabras me han llenado de coraje, de valor, de fuerza. Significa que si fracasas, nadie podrá culparte de haberte retirado por cobarde, sino que se dará cuenta de que donde otras personas habrían abandonado, tú has luchado hasta el final. Por eso animo a todas las personas que luchan por algo en su vida a que lo persigan hasta que no quede más opción que retirarse. Porque una vida para rendirse es una vida para olvidar.

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