domingo, 18 de agosto de 2013

Cuando no puedes dormir

Suele pasar que a veces uno se desvela, pues hay algo que no nos deja tranquilos. Pensamientos que nos invaden atados fuertemente a algún tipo de emociones, y por lo general relacionados con otras personas, son los responsables de nuestro desvelo. Y aunque sepamos que algo está comiéndonos por dentro y que no debemos hacerle caso, inconscientemente volvemos una y otra vez a darle vueltas a la cabeza, porque nuestra inseguridad provoca que nuestra mente quiera cerciorarse de que estamos preparados para lo que viene.

Pero hay cosas para las que ni en un millón de noches sin dormir podríamos prepararnos, o predecir que iban a suceder. Y por lo general suelen ser la mayoría. Entonces, ¿ por qué insiste nuestro subconsciente en intentar adelantarse al futuro? ¿ acaso tenemos tanto miedo de salir perjudicados que intentamos construir un muro de seguridad a base de planes y comportamientos para situaciones hipotéticas?

Nuestra inseguridad es normal, nadie tiene la absoluta seguridad de que mañana vaya a ver el sol de nuevo, y nuestra mente lo sabe y no se pasa las noches intentando predecir qué puede ser lo que nos prive del nuevo día. En cambio la noche antes de ver a aquella persona que tanto nos importaba hace tiempo nuestra cabeza empieza a sacar mierda y recuerdos dolorosos para que no cometamos de nuevo el mismo error.

Nadie nos asegura que las cosas vayan a salir bien, y a nuestra mente no le vale con saberlo. Nuestra mente busca seguridad, confianza, sentirse fuera del alcance de cualquier amenaza. Y no es fácil conseguir algo como eso en mitad de una noche en vela. Pero al final el cansancio se apodera de nosotros y nuestra cabeza abandona sus divagaciones paranoicas a la fuerza. Pero tranquilo, volverán.

Dedico esta entrada a todas las personas que alguna vez buscaron una explicación para su desvelo y os confieso que no estáis solos, yo también estoy en vela. Y todo por un simple "hola".