lunes, 17 de agosto de 2015

Fluye

Escuchamos frecuentemente un consejo orientado a relajarnos: "déjalo estar ".

Aquel anuncio que decía "be water, my friend" no es sólo un consejo de lucha por parte de Bruce Lee, sino un modelo de vida. Las preocupaciones diarias nos mantienen entretenidos y enajenados, haciéndonos desear que se acabe de una vez el lunes, o que llegue el fin de semana, las vacaciones, deseando que nuestro esfuerzo sea reconocido y esperando siempre a una recompensa. Este modelo de vida al que nos sometemos la gran mayoría de los seres civilizados del primer mundo es comparable al conejo con una zanahoria delante. Nuestra zanahoria son aquellos deseos y esperanzas que perseguimos y esperamos.

Sin embargo existe otro tipo de filosofía basada en otra extrapolación con un conejo también, pero cambiando la zanahoria por un sabueso que trata de cazarnos y nosotros nos pasamos la vida huyendo de él (o ellos). Son los miedos y preocupaciones las que nos motivan a llevar a cabo parte de las acciones en nuestra vida.

Por lo general la vida se reduce a estas dos extrapolaciones, zanahorias y sabuesos, esperanzas y miedos, nuestras dos mayores motivaciones. Y es aquí donde entra la famosa cita de Bruce Lee "sé agua, amigo mío". El agua es un elemento líquido sin una forma definida que se adapta a cualquier recipiente que la encierre. Y esto, llevado a nuestra vida, implica amoldarnos a las circunstancias. En una vida rodeados de zanahorias y sabuesos es importante ser capaces de ajustar nuestro comportamiento a las circunstancias y olvidarnos por unos momentos de nuestras zanahorias y sabuesos para obtener una perspectiva adecuada del presente. Ocurre a menudo que nuestros prejuicios o ideas preconcebidas nos hacen ver las cosas de manera errónea, y tomamos decisiones de las que luego nos arrepentimos.

Otro ejemplo es el de una persona que después de una vida de zanahorias y sabuesos llega a un punto neutro donde nada le preocupa y tampoco tiene esperanzas o deseos. Este vacío existencial tiene como consecuencia una sensación de angustia y estrés en el que el sujeto se dedica a buscar alguna zanahoria que le mueva (o en el caso de las personas mayores, les lleva a preocuparse de cosas que normalmente no les preocuparían). Es aquí cuando la filosofía de Bruce Lee entra en juego y nos aconseja que dejemos de intentar encontrar una forma a la que adaptarnos y que nos adaptemos a cualquier forma que toque en ese momento.